Jueza, fiscal y abogado defensor refutan dichos del director del Sirpa
La mitad de los adolescentes internados en los últimos cuatro meses en los hogares del Sistema de Resposabilidad Penal Adolescente (Sirpa) son primarios, informó a El Observador el director del Sirpa ,Ruben Villaverde, quien especuló con que, al reducirse las fugas, algunos delincuentes mayores de edad comenzaron a “reclutar nuevos individuos” menores, sobre quienes recaen penas más leves. Sin embargo, la hipótesis de Villaverde fue rechazada por operadores del Poder Judicial. Un juez, un fiscal y un defensor de adolescentes coincidieron en que no existen organizaciones de delincuentes que recluten a menores, sino que los adolescentes delinquen por motu propio.
Villaverde destacó en entrevista publicada ayer por El Observador que entre noviembre de 2012 y febrero de este año ingresaron a los hogares del Sirpa 172 menores y que la mitad eran primarios. “Podría aventurarse que este es un efecto no deseado de haber evitado las fugas”, expresó el director del Sirpa. “Algunos se quedaron sin gente para hacer determinados trabajos y salieron a reclutar nuevos individuos”, agregó.
El defensor de adolescentes Daniel Sayagués Laso, quien hace dos décadas trabaja con menores infractores, dijo que la de Villaverde “es una lectura equivocada”. “No es verdad que hay una organización delictiva que trabaja reclutando jóvenes. Los delitos que cometen los adolescentes, en su inmensa mayoría, son libretazos propios. Nadie los mandó. No pertenecen a ninguna organización. A lo sumo dijeron ‘vamos a darle al almacén de la esquina’ y fueron”, expresó.
Sayagués coincidió con Villaverde en que el porcentaje de primarios internados en el Sirpa aumentó y atribuye este fenómeno a la caída radical en el número de fugas. “Es probable que figuren más procesados primarios que reincidentes porque no se fugan”, comentó.
Pero, según Sayagués, la explicación del director del Sirpa “sigue alimentando una creencia errónea de que los adolescentes son manejados por adultos”. “Y no. Ellos cometen los delitos por voluntad propia. Nunca vi un caso que un adulto los mandara a delinquir”, sentenció el defensor de menores. Agregó que cuando un mayor comete un delito con un menor lo hacen en relación de cómplices y pocas veces la diferencia de edad es relevante.
Villaverde aclaró durante la entrevista que “podría aventurarse” la razón de este incremento, pero que no tenía una explicación aún sólida porque el fenónemo es reciente.
Sin embargo, su especulación tampoco convenció al fiscal de Adolescentes Diego Pérez ni a la jueza de Adolescentes Aída Vera Barreto.
“Lo que predomina es que actúan por motu propio”, dijo Pérez, quien llegó al juzgado de adolescentes en diciembre del año pasado. En estos tres meses al frente de la Fiscalía de adolescentes, a Pérez le llamó la atención que “la gran mayoría no terminó la escuela o llegó a primero del liceo y ahí egresó del sistema educativo”. Esto se da en primarios y en reincidentes, coincidió Sayagués.
Por su parte, la jueza Vera Barreto aseguró que “nadie los ha buscado ni ellos hurtan para otros sino para ellos”.
“Acabo de terminar el turno y procesé a unos cuantos primarios, pero cometieron el ilícito por decisión propia. No creo que un mayor los haya inclinado a delinquir”, dijo la magistrada a El Observador.
“En el caso de un joven que tenía cierta deficiencia y no le permitieron ir al liceo, necesitaba dinero y decidió hacer una rapiña. Pero fue una decisión de él. Los otros tres que procesé, también por rapiña, que era el primer ilícito que cometían, confesaron haberlo hecho por decisión de ellos. No intervino nadie ni nadie los buscó”, dijo. Esta es, según la jueza, la norma dentro de su juzgado. “En el último turno procesé con internación a cinco jóvenes, todos ellos primarios”, sentenció, reafirmando la tendencia marcada por Villaverde y también observada por Sayagués.
El defensor de adolescentes distinguió dos tipos de menores infractores: los reincidentes, “delincuentes habituales o clientes del juzgado”, y los primarios. “He tenido gurises que tienen 12 expedientes en el lapso de dos años. Se fugaban y volvían a delinquir”, relató.
En cuanto a los primarios, según Sayagués, “la mayoría están ociosos, son los llamados ‘ni ni’, hijos de trabajadores que seguramente no vuelvan a reincidir”. “Ninguno es manejado por adultos ni pertenece a una organización sofisticada”, sentenció.
Villaverde destacó en entrevista publicada ayer por El Observador que entre noviembre de 2012 y febrero de este año ingresaron a los hogares del Sirpa 172 menores y que la mitad eran primarios. “Podría aventurarse que este es un efecto no deseado de haber evitado las fugas”, expresó el director del Sirpa. “Algunos se quedaron sin gente para hacer determinados trabajos y salieron a reclutar nuevos individuos”, agregó.
El defensor de adolescentes Daniel Sayagués Laso, quien hace dos décadas trabaja con menores infractores, dijo que la de Villaverde “es una lectura equivocada”. “No es verdad que hay una organización delictiva que trabaja reclutando jóvenes. Los delitos que cometen los adolescentes, en su inmensa mayoría, son libretazos propios. Nadie los mandó. No pertenecen a ninguna organización. A lo sumo dijeron ‘vamos a darle al almacén de la esquina’ y fueron”, expresó.
Sayagués coincidió con Villaverde en que el porcentaje de primarios internados en el Sirpa aumentó y atribuye este fenómeno a la caída radical en el número de fugas. “Es probable que figuren más procesados primarios que reincidentes porque no se fugan”, comentó.
Pero, según Sayagués, la explicación del director del Sirpa “sigue alimentando una creencia errónea de que los adolescentes son manejados por adultos”. “Y no. Ellos cometen los delitos por voluntad propia. Nunca vi un caso que un adulto los mandara a delinquir”, sentenció el defensor de menores. Agregó que cuando un mayor comete un delito con un menor lo hacen en relación de cómplices y pocas veces la diferencia de edad es relevante.
Villaverde aclaró durante la entrevista que “podría aventurarse” la razón de este incremento, pero que no tenía una explicación aún sólida porque el fenónemo es reciente.
Sin embargo, su especulación tampoco convenció al fiscal de Adolescentes Diego Pérez ni a la jueza de Adolescentes Aída Vera Barreto.
“Lo que predomina es que actúan por motu propio”, dijo Pérez, quien llegó al juzgado de adolescentes en diciembre del año pasado. En estos tres meses al frente de la Fiscalía de adolescentes, a Pérez le llamó la atención que “la gran mayoría no terminó la escuela o llegó a primero del liceo y ahí egresó del sistema educativo”. Esto se da en primarios y en reincidentes, coincidió Sayagués.
Por su parte, la jueza Vera Barreto aseguró que “nadie los ha buscado ni ellos hurtan para otros sino para ellos”.
“Acabo de terminar el turno y procesé a unos cuantos primarios, pero cometieron el ilícito por decisión propia. No creo que un mayor los haya inclinado a delinquir”, dijo la magistrada a El Observador.
“En el caso de un joven que tenía cierta deficiencia y no le permitieron ir al liceo, necesitaba dinero y decidió hacer una rapiña. Pero fue una decisión de él. Los otros tres que procesé, también por rapiña, que era el primer ilícito que cometían, confesaron haberlo hecho por decisión de ellos. No intervino nadie ni nadie los buscó”, dijo. Esta es, según la jueza, la norma dentro de su juzgado. “En el último turno procesé con internación a cinco jóvenes, todos ellos primarios”, sentenció, reafirmando la tendencia marcada por Villaverde y también observada por Sayagués.
El defensor de adolescentes distinguió dos tipos de menores infractores: los reincidentes, “delincuentes habituales o clientes del juzgado”, y los primarios. “He tenido gurises que tienen 12 expedientes en el lapso de dos años. Se fugaban y volvían a delinquir”, relató.
En cuanto a los primarios, según Sayagués, “la mayoría están ociosos, son los llamados ‘ni ni’, hijos de trabajadores que seguramente no vuelvan a reincidir”. “Ninguno es manejado por adultos ni pertenece a una organización sofisticada”, sentenció.
FUENTE EL OBSERVADOR...
ESTRACTADO POR DARDO TECHERA
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